lunes, 9 de mayo de 2016

LOS PAJAROS AZULES

LOS PÁJAROS AZULES



La miel y la savia contenida en el adusto árbol podía olerse, mientras, erguía orgullosamente sus ramas floridas a un cielo otoñal. El profundo paisaje pintarrajeado de muchos colores, como pincelazos erráticos de una mano majestuosa, quizás hurgando por tonos indescifrables en el espectro iridiscente de las pomposas nubes.
Atravesaban esta clámide natural e infinita, los pájaros azules y brillantes, trazando líneas imaginarias,  dejando estelas con sus vuelos vertiginosos; rompiendo con sus lanceados cuerpos el vaporoso ambiente  de la tarde, irrumpiendo repetidamente en mi abstracción  vagabunda.
No fue suficiente la belleza del entorno como para adornar tu recuerdo, y orgulloso supe, que tus encantos apocaban la terneza de la más sublime de las flores!
El amor, Oh! el amor, sentimiento hermoso que te lleva tibiamente al gozo y al dolor. Se puede vivir del amor, y hasta morir por uno. Solo los pájaros azules, con sus gráciles vuelos, distraen mi atención, así como las penas que me embargan, o tal vez como las dichas que ensalzan tu recuerdo febril.
Quiera Dios que mi alma retoce en tu regazo de mujer madura, quiera Dios que los pájaros azules vuelvan a sus nidos, y todo en una quieta paz continúe silente y armonioso, como la vida misma.
¡Vivir sin amar, es como amar sin vivir!

sábado, 30 de abril de 2016

La lluvia del tiempo

LA LLUVIA DEL TIEMPO

 

Para mí, es innegable el poder mágico de la lluvia. Su poder infinito arrasa toda la aridez de la tierra, y la llena de vida con el verdor de las plantas, que renacen como espíritus que permanecieron ignotos en una animación suspendida, vertiendo sus colores y su plena vida con el simple remojar apacible de las gotas puras de lluvia viva,  que las baña suavemente.
 Cuando los torrentes poderosos irrumpen en la calma de las calles de mi vieja Barranquilla, recuerdan, rabiosamente, toda esa vida verde que murió inmisericordemente bajos el peso inerte del concreto. Ese concreto que se tragó la arena de mi ciudad, y la convirtió en una orbe llena de edificios y castillos lujosos, acompañados pobremente de algunas tristes y famélicas palmeras híbridas y estériles,  sofocadas por los soles abrasadores de una canícula  insoportable.
¿Que fue de la sombra fresca y deliciosa de esos árboles impetuosos en frente de las casas?_ sucumbieron, quizás,  ante la voracidad troglodítica de las máquinas productoras de dinero, de las grandes constructoras, que reemplazaron el calor familiar de las mansiones por los sobrios y melancólicos cubículos  multifamiliares, en donde pulula la indiferencia y el abandono social. Ya no se cultiva la amistad entre las familias, como otrora fuera costumbre; con aquellas visitas intempestivas, y a veces inoportunas, pero que el cariño y el respeto hacían tolerables y gratas. 
El discurrir tranquilo y sosegado de los días fue cambiado por el tráfago imparable y febril de la angustiosa faena diaria, que como comodín patológico, es productor de todas nuestras enfermedades actuales, y que es llamado coloquialmente “Estres”.
La naturaleza ha tomado su turno de defenderse, y  no podíamos negarle el derecho a ello, y ahora, torvamente, como  oráculo escatológico, nos presenta fenómenos climáticos imponiendo su ley, haciéndonos recordar que fuimos posteriores a todo, como habitantes del mundo, y que sólo hemos usurpado trágicamente los bienes ambientales que nos fueron proporcionados, en pro de nuestro bienestar y enriquecimiento, sin medir las consecuencias. 
Pagaremos nuestro error con creces, y la lluvia con su ímpetu y poder, lavará inexorablemente hasta el último vestigio de los seres humanos y su mal vivir. ! Qué bien merecido lo tenemos!  Non audimus ea quae ab Natura monemur. (M.T. Cicerón)

 

sábado, 23 de abril de 2016

"LA COSA"




LA COSA

Yo a ustedes les confieso
En esta canción sentida
Que yo le entrego mi vida
Mis sentires y mi seso
Ya yo les menciono eso
Por lo que tanto me esmero
Eso que tanto quiero
Y que añoro con desdén
Quiero que me lo den
O sino me desespero.
II
De esta forma yo empiezo
Claramente a explicar
Lo que me hace desear
Con ganas de darle un beso
Aunque se me ponga tieso
El cuello de acariciarla
Yo me muero por besarla
Y pasarme así la vida
Eso es cosa ya sabida
Que yo vivo pa desearla.
III
El hombre que se respete
Rinde a ella devoción
Amor y admiración
Y en la mente se le mete
Si es que la causa promete
Insiste con devoción
Ansiando con emoción
Tenerla ya de una vez
Que el sentimiento le des
Y  la satures de pasión.
IV
Para aquellos que desvían
Su instinto mas animal
Les digo les va ir muy mal
El placer al bote envían.
Y por si Uds. no  sabían
Les digo yo muy inquieto
Que a comparar no los reto
Porque ya están invertidos
En un hueco ya sumidos
de bazofia bien repleto.

Yo nunca me cansaré
De buscarla con encono
Y a Ud, mi amigo le abono
Si su ayuda yo tendré
Porque así la buscaré
Aunque parezca imposible
Y  no menos que insensible
Si  no le pongo mi empeño
Con un muy buen desempeño,
De seguro la tendré!

Todos se preguntarán
Si ya lo voy a decir
Quizás con firme sentir
Que hasta creo que dudarán
Si un día a saber ya van
De que le estoy platicando
Mejor los dejo pensando
En ascuas de buena duda
Aunque se ponga peluda
De lo que estoy platicando.

Pues  ya yo creo que está bueno
De ponerlos a pensar
De lo que me gusta besar
Y que húmedo se encuentra
En  donde moscas no entran
Si bien  se encuentra cerrada
De labios bien adornada
Y con colores diversos
A ella van estos versos
¡Esa es LA BOCA deseada!

lunes, 18 de abril de 2016

VIEJO MUELLE DE MI PUERTO...



El mágico Muelle de PUERTO COLOMBIA, amigo entrañable de momentos inolvidables. Fuente inagotable de inspiración de grandes cultores de diferentes artes; pintura, música, poesía, esculturas y tantos otros. Refugio silente de amores furtivos y ardorosos, que vieron, en sus formas el escondite perfecto para desatar pasiones desbordadas; Testigo inconmutable de tardes de locura y noches de bohemia, entrelazadas con faenas de pesca pacientes y perseverantes; bastión infinito de placeres compartidos en la frazada oscura de noches de desvelos e insomnia perversa. 

Testigo inmarcesible de ocasos arrebolados. Hoy, al verte vetusto y derruido, me invade una tristeza infinita y recuerdo cuando caminaba desde niño sobre tu lomo áspero y vigoroso. ¡Ay! que dolor,  al  ver como el mar en sus incesantes  embates, arrancó de tu alma de acero, la piel pétrea de tu inhiesta figura, y, con su monstruosa fuerza undívaga y perenne, derrumbó inmisericordemente tu cuerpo de Poseidón.

Soportaste estoicamente la fuerza infinita de la naturaleza, permaneciste esbelto y erecto ante la adversidad del cambiante clima, pero tu destrozada alma no pudo soportar el soslayo perverso e indolente del olvido de los que te rodeaban. Pudieron hacer algo más por ti, pero solo, ante  tu mudo silencio, fueron indiferentes espectadores de tu ruina y desalmados testigos de tu derrumbe. Hoy, con el alma acongojada, quiero rendirte un homenaje sencillo a través de estas líneas, esperando que al terminar inexorablemente, tu cuerpo hermoso, en la líquida tumba del mar, tu recuerdo permanezca incólume en el sentir de los que siempre te admiramos y quisimos.

Adiós nave varada en el puerto de la decadencia y la ignominia, tus velas ya no se desplegarán jamás, y tu cuerpo firme y longuilineo ya no romperá las corrientes en su viaje incesante, robándonos el romántico y violento pulverizar de las  encrespadas olas bañándote con nubes de espuma. El Mar será tu tumba, pero permanecerás anclado en el alma de los que te recordamos siempre y que te deseamos en tu partida: ¡buen viento y buena mar!.. ¡Bon Voyage mon ami !