jueves, 11 de enero de 2018

INSOPORTABLE MUJER

Quién me dirá que no te haces insoportable, en tu ausencia?

Quién en sus nefastas noches de aciago destino, no siente el insoportable fragor de la ausencia de tu consuelo? Quién se negará a la belleza de tu cuerpo cálido, que desearte, te hace insoportable?
No soporto tu lejanía; no soporto tu ausencia; no soporto tu indiferencia; no soporto tu desamor; no soporto tu desprecio; no soporto la pasión infinita que despiertas en mí.  Eres insoportablemente bella. 

Cada día que vivo te haces más insoportable; cuando en la mañana abro mis ojos y no veo tu cuerpo semidesnudo a mi lado, no soporto la sed insaciable de estar a tu lado. Cuando me voy a la rutina iterada de mi labor, y me despido forzadamente de tus labios, con la voz quebrantada por la necesidad de tí,  las horas hacen insoportable tu recuerdo en mi mente.

Ya casi acaba mi jornada, y no te soporto tenerte solo en mi mente. Correré hacia ti, y saciaré esta sed en la fuente insoportable de tus brazos, y descansaré ilapso en tu regazo por el resto de tu insoportable vida.

domingo, 7 de enero de 2018

UN TOQUE DE DECENCIA


No es para menos, nuestro corazón se constriñe ante tan abrumadora situación del país. La crisis de las instituciones, permeadas por el cáncer del soborno, la corrupción y el clientelismo rampante, hace mella en su estabilidad, sumado a la ácida discusión política, pretil a pretil, entre los honorables encargados del gobierno, plagada de improperios y acusaciones temerarias.
 
No podía ser peor el panorama de un estado, que no soporta una tragedia más, que a las claras pueden prevenirse, pero los dineros de las acciones preventivas van  a parar a los bolsillos desalmados del clientelismo y las  campañas de los politiqueros de turno, pletoricas de fiambres manidos,  amangualados para repartirse el botín, o tal vez para ser más gráficos, las vísceras del cadáver pálido y famélico de nuestro Estado, destrozado entre los picos untados de furiosas aves de rapiña, crueles y amenazadoras. Quizás tengamos que volver a la academia e inculcar agresivamente, más horas de materias, hoy anacrónicas, como la Urbanidad de Carreño y adicional a ellas la Cívica, la Decencia, El Decoro, La Cultura, Las Buenas maneras, El respeto, La Tolerancia, La Misericordia, La Caridad, La Honestidad, La Ética, El  Compromiso, El Honor e inevitablemente, El Amor. 

Somos la sociedad en donde pulula el odio y la dejadez y en la que  olvidamos lentamente el valor social del buen vivir, del buen trato,  y lo más importante, el valor infinito de nuestra propia dignidad!