Quién en sus nefastas noches de aciago destino, no siente el insoportable fragor de la ausencia de tu consuelo? Quién se negará a la belleza de tu cuerpo cálido, que desearte, te hace insoportable?
No soporto tu lejanía; no soporto tu ausencia; no soporto tu indiferencia; no soporto tu desamor; no soporto tu desprecio; no soporto la pasión infinita que despiertas en mí. Eres insoportablemente bella.
Cada día que vivo te haces más insoportable; cuando en la mañana abro mis ojos y no veo tu cuerpo semidesnudo a mi lado, no soporto la sed insaciable de estar a tu lado. Cuando me voy a la rutina iterada de mi labor, y me despido forzadamente de tus labios, con la voz quebrantada por la necesidad de tí, las horas hacen insoportable tu recuerdo en mi mente.
Ya casi acaba mi jornada, y no te soporto tenerte solo en mi mente. Correré hacia ti, y saciaré esta sed en la fuente insoportable de tus brazos, y descansaré ilapso en tu regazo por el resto de tu insoportable vida.